En Fisulab pensamos en seguir creciendo y mejorando
1990
Se conoce el equipo profesional (que posteriormente fundaría FISULAB) trabajando en el hospital Lorencita Villegas de Santos.
1996
Diseñamos la guía de atención integral para el programa EXPRESAR de la Fundación Colombiana de Rehabilitación.
1999
Se cierra el programa “EXPRESAR” y nace la necesidad de atender a los pacientes que quedan por fuera de este programa.
2000
NACE FISULAB
Aliado con La universidad del Bosque para poder prestar servicios de odontología.
2006
· FISULAB se habilita como EPS.
· Se comienza a prestar el servicio de genética.
· Se vincula Smile Train como aliado internacional.
2007
Prestando un servicio al paciente como un ser socioemocional y pensando en su bienestar integral, se crea el coro.
2008
·Se amplía la sede con un nuevo salón de reuniones.
· Se realiza el primer encuentro de vacaciones
· Fisulab es reconocido internacionalmente gracias a la ACPA (American Cleft
Plate Craniofacial Association)
2009
·Primeros residentes de cirugía de la FUCS.
· FISULAB se vincula al gruo UMIMC (unidad de manejo integral de malformaciones craneofaciales) y es
reconocido como grupo de investigación.
2010
Se cumplen 10 años de FISULAB prestando atención integral para pacientes con lph
2011
Primer curso internacional organizado por FISULAB en búsqueda del fortalecimiento acádémico mediante la formación continuada en LPH.
2012
· Se presta el servicio propio de odontología y
aparecen las becas Odontológicas de Smile Train.
2015
FISULAB se certifica en ISO 9001
2018
·FISULAB se cambia de sede a un lugar más accesible y con instalaciones más adecuadas para la prestación de sus servicios.
2019
·Se prestan nuevos servicios.
·Se crea el convenio de Docencia Servicio con la Escuela Colombiana de Rehabilitación y el Colegio Mayor de Cundinamarca.
2020
·A raíz de la pandemia, FISULAB comienza a prestar servicios y generar talleres y actividades para su comunidad de manera virtual.
FISULAB 20 años, un camino difícil, lleno de satisfacciones
El camino para llegar a la atención de pacientes con labio y paladar fisurado inició con encontrar que el área de trabajo de mi preferencia en mi carrera era Voz y Habla. Vinieron las prácticas universitarias y el destino me condujo al Hospital Infantil Lorencita Villegas de Santos en dos oportunidades distintas durante la carrera. Práctica que amé profundamente.
Me gustó el espacio físico, a pesar de ser en la trastienda del hospital; el docente con toda su experiencia y disposición para transmitir el conocimiento; la variedad que había en la patología a atender como buen hospital de tercer nivel que era y las actividades de interacción con el resto del hospital.
En este amplio panorama jugaba un papel muy importante la “Clínica de Labio y Paladar Hendido” y también ella era parte de mi fascinación. Terminé mis rotaciones con muchos aprendizajes y una certeza: me encantaba el hospital, me encantaba la práctica, me encantaba la población con labio y paladar hendido.
Cuando creí que tanta dicha estaba a punto de peligrar porque se acababa la práctica, surgió una nueva oportunidad: en la Escuela Colombiana de Rehabilitación estaban pensando montar un centro especializado para la atención de pacientes con esta condición por iniciativa de algunos de los directivos y motivada por una experiencia personal y dolorosa relacionada con la condición.
Como docente especializada en el tema fui llamada a iniciar dicho proyecto. Allí nace el programa Expresar de la Fundación Colombiana de Rehabilitación, del cual fui gestora, siguiendo los lineamientos trazados por los directivos de la Fundación y unos asesores internacionales.
Esto fue un escalón más en el camino actual. Se trataba de reunir toda la experiencia del Hospital Infantil con el apoyo de los asesores internacionales para lograr especializarse aún más en el tema y quedaba atrás la necesidad de atender el sinfín de patologías del Hospital. Contábamos con el apoyo financiero de la Fundación Colombiana de Rehabilitación que fuera necesario para crear un verdadero Centro de Atención Integral especializado en la condición de labio y paladar fisurado.
Fueron 4 años de acoplar un equipo de trabajo interdisciplinar, diseñar guías y protocolos, y ajustar en concreto la atención integral.
Nuestra prioridad era el bienestar del paciente y con base en eso había que sopesar y priorizar unos servicios por encima de otros.
Comprobamos que con esto se optimizaba el resultado clínico en cada paciente tratado.
No todo fue exento de tropiezos, pasados 4 años el apoyo económico se restringió y la viabilidad del proyecto se cuestionó hasta llegar a su cierre definitivo.
Este fue un momento crucial que definió nuestro resultado actual. La noticia del cierre fue muy dolorosa tanto para pacientes y sus familias como para quienes como profesionales habíamos visto lo positivo del trabajo en equipo. Vinieron días difíciles, días de tristeza, indecisión, sensación de pérdida.
Días de comentarlo con amigos, pedir consejos, y entre ires y venires, se fue perfilando una solución.
Al enterarse de la noticia del cierre, los pacientes empezaron a decir: “donde estén ustedes, estamos nosotros”. Esto me dio la fuerza necesaria para convocar al equipo y decidir dar continuidad al programa como un mandato de responsabilidad social. De eso hace 20 años ya, cuando ni sospechaba que estaba a punto de embarcarme en un sueño que cambiaría no solo mi vida sino la de muchas familias involucradas. Un sueño que empezó por aquella pregunta de unos pocos pacientes preocupados y otros curiosos persistentes.
Fue la voz de aquellos pacientes que confiaban en el trabajo que veníamos haciendo los que me impulsaron a convocar a los profesionales del equipo con el que venía trabajando para continuar en el proyecto. Todos aceptaron mi reto. Hoy, gracias a la confianza de todos, hemos cumplido 20 años construyendo sonrisas.
Así nace FISULAB; del compromiso de los profesionales para continuar un programa que mostraba un buen futuro, con todo el conocimiento, la experiencia y el entusiasmo de hacerlo; gracias al apoyo de tener un lugar donde trabajar y a los pacientes que habían quedado huérfanos con el cierre del programa anterior.
Después de arreglar la casa por nuestros propios medios, pintando, limpiando, raspando y alistando todo, convocamos a los pacientes a una reunión un 26 de febrero de 2000. Allí los invitamos a hacer parte del proyecto FISULAB, noticia que acogieron con entusiasmo.
Así empezó este camino
Fisulab ha sido un camino que, aunque cumple 20 años, está hasta ahora comenzando, un camino en el cual seguimos creyendo quienes lo fundamos junto con el apoyo de grandes trabajadores que se han adherido y han vuelto realidad aquellas sonrisas. Sonrisas que en un comienzo no
fueron más que ilusiones. Ha sido un logro de todos, de quienes nos impulsaron, de los pacientes que hemos visto crecer luchando cada día persistentes y confiando ciegamente, de los profesionales que también se han permitido soñar, de los padrinos presentes en cada sonrisa
lograda y de todos quienes han estado ahí de múltiples maneras. Hoy, es momento de agradecer a todos por los momentos que nos han regalado y por los que vendrán.
Grandes sueños hemos cumplido, pero grandes retos nos esperan: encontrar una sede que este acorde a nuestros avances y poder replicar este modelo que hemos comprobado como muy exitoso en otros lugares de Colombia. Queremos que cualquier niño colombiano con esta
condición tenga a su alcance la misma oportunidad de tratamiento adecuado que le permita superar su condición independiente de su capacidad económica, su lugar de origen o su condición social.
Después de tantos años lidiando con esta patología entendí que más que un problema de salud, es un tema de equidad. El esfuerzo de este tiempo se resume en la búsqueda por la igualdad de oportunidades, por entender que las diferencias de cada persona son un aporte y una posibilidad de aprender y no una barrera para vivir. En ocasiones nos enfrentamos con historias trágicas que nublan los sueños de miles de niños que nacieron con labio y paladar. Sería poco realista negar que la sociedad está rodeada de prejuicios, de injusticias, de rechazos y de miedos, miedos que juzgan sin conocer y obstruyen la posibilidad de crecer. Sin embargo, en todo este tiempo nos hemos esforzado por devolverles la confianza a todos los niños, a sus familias, a enseñarles que no importan las circunstancias y que siempre es posible reír. Hemos querido sembrar semillas de equidad para difundir que reír es de todos, que los motivos para alcanzar todas aquellas sonrisas son múltiples cada día, que los sueños solo dejan de serlo cuando creemos ciegamente en ellos hasta volverlos realidad y que todo es posible cuando nos lo proponemos.